
SE HACEN DISCURSOS PARA ASAMBLEÍSTAS
Desde siempre tuve afición por los escritos que reflejaban humor a pesar de las situaciones poco agradable que manifestaban; por ello, al leer sobre los discursos presidenciales que dan relumbre a quienes los parlotean mientras que sus reales autores están sumidos en total anonimato como es el caso de Fantasmas de Palacio Presidencial; o, en su defecto como lo expresa un artículo aparecido en un diario de la ciudad de Guayaquil: “Esa cuerda de golpistas iletrados”, que sanciona moralmente a muchos que creen que hay que hablar por hablar expresando palabras que en ocasiones ni ellos mismos las entienden; por ello, recordé a Enrique Jardiel Poncela, escritor y dramaturgo español, en su obra “Lectura para a}Analfabetos”, (1937), libro que aún se encontraba en la escuálida vitrina de mi padre pues la mayoría de sus textos había ido a parar donde “Lucho” y su negocio de compra- venta de libros usados, cerca del Mercado Central.
Así las cosas se me ocurrió ofrecer mis limitados servicios a quienes están en las difíciles funciones de dar rumbo al país a pesar de sus muy limitadas capacidades. Para probar suerte colgué en la verja del sitio donde resido un letrerito con el título de esta carta; sin embargo para que se entienda por parte de las incultas o analfabetas personas que hacen política, rezaba así:
CE ASEN DIZKURSO PARA HAZAMBLEISTA
La suerte está echada, parece que tendré cierto éxito con el rótulo de marras aunque ninguno de los curiosos que se han acercado tiene en su currículo haber pateado una pelota, ganado un concurso de baile o participado en un concurso barrial de belleza, ni siquiera tienen parientes de algún empleado de municipio o servidor estatal o, alguna ventaja por ser afro descendiente, miembro de comunidad indígena o tullido, tuerto o rangalido que pudiera ganar votos por ignorancia, simpatía o conmiseración.
Los preguntones que con curiosidad se han acercado desempeñan labores que son propias del pueblo marginado: dos recicladores pararon sus triciclos para preguntar de qué trataba el anuncio, un vendedor ambulante de cachivaches se rascaba su cuasi calva cabeza sin entender lo difícil que es la política, un señor de entrada edad que sostenía sus pasos con un bastón sentenció: -“No pierda el tiempo, ni siquiera eso entenderán los asambleístas”. ¡De esa peste no nos salva nadie!
Dr. Ricardo López González, MSc.
Cédula: 0902907674
Teléfono: 0969692399
Alborada 6ª. Etapa, Guayaquil; Isla Sur, Puerto Baquerizo Moreno.
Magíster en Comunicación y Desarrollo. Doctor en Ciencias de la Educación. Especialización Psicología Educativa. Ex sub decano de FACSO, U. de G.
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